Las técnicas de tatuajes han cambiado con el paso del tiempo. Actualmente es posible realizar la dermopigmentación, que especialmente se utiliza con fines estéticos como complemento del maquillaje y los cosméticos. En pocas palabras, se intenta corregir de forma permanente algún rasgo que no nos agrada de nuestro físico. A diferencia del tatuaje convencional, este tipo de trabajo está diseñado para que pase desapercibido para la mayoría de las personas. De hecho, se espera que sea prácticamente imperceptible su presencia, logrando una apariencia muy natural.
Entre otras cosas, esté tipo de tatuaje se realiza para marcar las cejas, especialmente si la persona prácticamente carece de ella. Así pues, se logra dar volumen. Claro está, también es posible hacerlo con un buen lápiz cosmético, pero el riesgo que se corra o se desvanezca está latente en todo momento. Al tratarse de un trabajo permanente, con el tatuaje se elimina dicho riego.
También es posible que desees un poco de rubor en tu rostro. En ese caso, con un trabajo de micropigmentación se puede dar un toque de color. Así, se evita la necesidad de recurrir a maquillajes para lograr el efecto deseado. Por supuesto, esto se traduce en un ahorro de tiempo y dinero. Tiempo porque ya no será necesario que cada día intentes lograr la apariencia que deseas. Y de dinero, pues ya no necesitarás productos destinados a darle color a tu piel.
¿Cómo elegir bien un estudio de tatuajes?
Tomando en cuenta que el tatuaje cosmético, encaminado a borrar cualquier imperfección, no es muy común, no todos los estudios pueden hacerlo. Es importante dedicar suficiente tiempo para elegir el adecuado.
El primer aspecto a considerar es el coste de sus servicios. Claro está, no deseamos hacer un pago innecesario, pero tampoco es recomendable elegir los servicios de estudios muy baratos. Los pigmentos que especialmente se usan para trabajos con fines cosméticos son considerablemente caros, pues deben ser de calidad para asegurar su durabilidad. Con esa idea en mente, un trabajo muy barato solo nos indica que el material será de muy baja calidad y probablemente el trabajo también.
Un aspecto adicional a considerar es la calidad del trabajo que realiza. No se trata de ver si tiene buen pulso o si sus diseños son de vanguardia. En realidad, para que un trabajo sea de calidad debe hacerse con materiales adecuados. Con esta idea en mente, si el estudio no tiene el material adecuado para un trabajo en particular, no logrará el resultado deseado.
Por supuesto, al tratarse de trabajos que requieren la introducción de algún tipo de material en el cuerpo, es recomendable que revises detenidamente la higiene con la que trabajan. Observa hasta los detalles más pequeños, pues pueden revelar aspectos importantes. Por ejemplo, ¿se lavan las manos adecuadamente?, ¿usan material quirúrgico adecuado, esterilizado y desechable?, ¿el piso, las paredes y el resto de las instalaciones están bien aseadas? Cada uno de estos detalles revelarán si es confiable un estudio o no. Todos esto te ayudarán a elegir adecuadamente.